Desde La Rioja hasta Chamonix y los Dolomitas: una odisea por los Alpes y los lagos más impresionantes de Europa
Este verano, decidí embarcarme en un viaje de ensueño: un recorrido por algunos de los paisajes más icónicos de Europa, desde la tranquilidad de La Rioja hasta la majestuosidad de los Alpes franceses, suizos e italianos. Acompáñame en este increíble trayecto que combina aventura, naturaleza y el placer de descubrir rincones únicos.
De La Rioja a Chamonix: trekking en el Refugio Flegere
Suiza: El Cervino y los lagos italianos
Después de maravillarnos con la nevada en Chamonix, cruzamos la frontera hacia Suiza, con la imponente silueta del Cervino (Matterhorn) vigilándonos en la distancia. La majestuosidad de esta montaña es difícil de describir, es un icono que todo amante de la naturaleza debería ver al menos una vez en la vida. Continuamos el viaje hacia Italia, donde los lagos se convirtieron en los protagonistas.
Primero visitamos el Lago di Como, un lugar de ensueño rodeado de montañas y villas elegantes. Aquí, el tiempo parece detenerse, y las aguas tranquilas ofrecen un descanso ideal para reponer fuerzas. Más tarde, nos dirigimos al Lago di Garda, el lago más grande de Italia, donde la mezcla de montañas y aguas cristalinas te invita a pasear sin rumbo fijo, simplemente disfrutando de la paz que se respira en sus orillas.
Dolomitas: entre lagos y montañas
El viaje continuó hacia las Dolomitas, uno de los destinos naturales más impresionantes del mundo. Aquí nos esperaban algunos de los paisajes más icónicos de todo el recorrido:
Lago di Carezza: Pequeño pero impresionante, con sus aguas turquesas y el telón de fondo de los Dolomitas reflejándose perfectamente en su superficie.
Iglesia de Santa Magdalena: Ubicada en el valle de Funes, esta pintoresca iglesia parece sacada de un cuento de hadas, con los imponentes picos de los Dolomitas como telón de fondo.
Lago di Braies: Probablemente uno de los lagos más fotografiados de Italia. Sus aguas color esmeralda, rodeadas de pinos y montañas, son un espectáculo visual que no se puede perder.
Lago Misurina y Lago Sorapis: Estos lagos continuaron sorprendiéndonos con su belleza natural. El Lago Sorapis, especialmente, nos regaló una caminata entre bosques que culminó en una vista casi surrealista de sus aguas turquesas.
Las Tre Cime di Lavaredo y Paso Giau: picos y senderos icónicos
No podía faltar la icónica caminata hasta las Tre Cime di Lavaredo, uno de los símbolos más reconocidos de los Dolomitas. La ruta fue desafiante, pero las vistas panorámicas de estas tres gigantes de piedra lo valen cada paso. Desde aquí, continuamos hacia el Paso de Giau y finalmente, Cinque Torri, donde los picos rocosos de diferentes formas y tamaños ofrecen un espectáculo digno de admirar.
Vuelta a casa: Costa Azul y Alassio
El regreso fue igual de espectacular. Dejamos atrás las montañas para dirigirnos a la Costa Azul, donde el sol y el Mediterráneo nos dieron la bienvenida. Una parada en Alassio, una encantadora ciudad costera de Italia, fue la manera perfecta de despedirnos del viaje, disfrutando del mar y la gastronomía local.
Este viaje ha sido una combinación de paisajes épicos, retos físicos y momentos de absoluta paz. Desde los picos nevados de Chamonix hasta los lagos turquesas de los Dolomitas, cada parada me recordó la inmensidad y la belleza de la naturaleza. ¡No puedo esperar para volver y seguir explorando!
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